Estos hombres y mujeres prehistóricos de la meseta eran cazadores. Cazadores de bisontes. Y, según los investigadores de Atapuerca, eran capaces de hablar –su oído interno es idéntico al nuestro– y enterraban a sus muertos, como atestigua la acumulación de restos humanos en la Sima de los Huesos.
Los Heidelbergensis de Atapuerca puede que se encontraran entre los últimos supervivientes de su grupo. Después de 300.000 años no los volvemos a encontrar, y es otra especie la que reclama sus dominios europeos.
Juana Mari Pascual Llamas
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